Sabía que era un riesgo que no necesitaba asumir. Pero lo hizo… y salió bien. Pastora Soler le ha sacado partido a su décimo puesto en Eurovisión. En España muchos la han descubierto en el registro de la balada. Muy lejos queda ya aquel «Corazón Congelado». En Europa, el 24 de julio lanzará la versión en inglés de «Quédate Conmigo» y en agosto será artista invitada en un concierto en Croacia. Pero antes, esta «medio malagueña» -por su marido, el coreógrafo malagueño Francis Viñolo- hace parada doble en la provincia: el sábado en el Castillo Sohail de Fuengirola y el domingo en Rincón de la Victoria, lugar al que todos los veranos se escapa unos días. En septiembre volverá a Málaga con el espectáculo de copla ‘Azabache’.
Salir al escenario de Eurovisión, ¿fue el momento de más nervios de toda su carrera?
Parece que ha roto con la maldición del festival. Tiene muchas citas en verano…
¿Se lo pensó mucho?
¿Son suficientes los conciertos que hay en su agenda o nota que es un año difícil?
Antes los conciertos eran gratuitos en las ferias y ahora, como en el caso de Rincón de la Victoria, se paga entrada. ¿Qué le parece?
Dice que el tema discográfico es una batalla perdida.
Adaptarse a los tiempos. Su música es muy descargada…
El 24 de julio sale la versión en inglés del eurovisivo «Quédate Conmigo» («Stay With Me»). ¿Cómo se lleva con el idioma?
Con su último disco «Una Mujer Como Yo» quería dar el salto a Latinoamérica. ¿Europa entra también ahora en sus planes?
Se consolida como voz de baladas. ¿Le gusta el título?
De hecho, la veremos en La Malagueta con ‘Azabache’.
¿Prefiere el registro de la canción melódica al discotequero?