Toñi Prieto, directora del Área de Entretenimiento de TVE, se vio obligada a comparecer ayer mismo ante el Comité de Auditoría de la televisión pública, formado por cinco miembros, tres elegidos por el PP, uno de CIU y otro del PSOE.
Delante del propio director de TVE, Eladio Jareño, Toñi afirmaba contundentemente cuando se le preguntó por la polémica generada tras los resultados de «Objetivo Eurovisión» que jamás hubo ningún tongo y que entre sus planes no está dimitir. La directora fue preguntada entonces por su hija, trabajadora de Sony (discográfica de Manel Navarro), algo que la señora quiso evadir indicando que ciertos medios han puesto en su boca palabras que ella no ha dicho, como lo de que su hija llevaba diez años trabajando en esa compañía. Lo que se le olvidaba a la «inocente» mujer es que semanas atrás fue ella misma quien reconocía ante la revista digital Bluper que su hija SÍ trabaja en Sony Music desde hace diez años, por lo tanto no ha sido invención de ningún medio. Fue algo que ella misma contó aunque luego haya querido salir airosa de la pregunta comprometida.
AUDIO DE LA PROPIA TOÑI PRIETO HACE SEMANAS
Aun así, según hemos podido saber, Toñi Prieto sigue mintiendo. Y es que su hija, de iniciales L.F.P, no lleva 10 años trabajando para la multinacional, sino dos. Dato que es demostrable debido a una foto en una red social de la propia hija de la funcionaria en la que aparece celebrando su primer año en Sony en 2015. Casualmente, justo en 2015, cuando la hija de la señora Prieto comienza a trabajar en Sony, se elige internamente para Eurovisión a una cantante de Sony, Edurne. Y, casualmente también, desde 2015 hasta 2017 Sony se ha visto relacionada con TVE a la hora de hacer elección interna o preselección (a pesar de que nunca antes un artista de esta discográfica fue presentado a TVE para Eurovisión -el vínculo de Sony con TVE comienza a partir de la entrada de la hija de Toñi Prieto en esa multinacional-).
Para más inri, en 2015 TVE se negó a publicar las facturas, el coste de la estancia de la delegación española en Eurovisión y el importe de la actuación de la propia Edurne en Viena. El ente público apeló a la sentencia del Contencioso-Administrativo que instaba a sacar a la luz las citadas facturas y el dato del coste de cada cosa.
Otra cosa que parece ser que ha olvidado la legalísima Toñi Prieto es que Barei, al ganar Objetivo Eurovisión 2016, era artista independiente y de inmediato recibió una propuesta de contrato por parte de Sony (¡otra vez casualidad!). Finalmente Barei no aceptó ese contrato por no estar de acuerdo con lo que le ofrecían y terminó fichando por Universal. Lo que ocurrió después en Estocolmo es sabido por todos y la propia Barei no lo niega: hubo un gran desinterés por parte de los directivos de la cadena hacia la participación de la cantante en Eurovisión.
Ante la pregunta de por qué se eligió a algún miembro del jurado que guardaba relación con el aspirante que finalmente venció Objetivo Eurovisión 2017, la Prieto respondía que también fue casualidad y que el hecho de pensar en Xavi Martínez fue debido a que necesitaban contar con voces de la radio en el jurado y él era idóneo. Sin embargo, cuando se le preguntó por qué se decidió que el jurado tuviera más peso que el televoto en la gala, ella sólo se dignó a decir que fue una norma manifestada con antelación.
En esto se basó la comparecencia de la señora Prieto: 30 minutos para hacer alarde de una transparencia que ya nadie se cree. A quien sí parece haber pasado factura todo esto es a Federico Llano. El hasta ahora jefe de la delegación española en Eurovisión se ha apartado de sus funciones y seguramente sea sustituido por Ana María Bordas, jefa de Proyectos Internacionales de TVE.