Betty Missiego, representante de España en el Festival de Eurovisión 1979 y una de nuestras eurovisivas más queridas, se ha despedido de los escenarios esta semana en Málaga con un concierto muy especial. Os dejamos con la crónica del evento al que ha asistido nuestro compañero Félix del Valle.
El reloj marcaba las 21.00h del segundo día de diciembre y Málaga cobraba esa quietud brillante y estremecedora que las ciudades de mar ofrecen los otoños cuando se hace de noche. Sin embargo, no era una fecha cualquiera. En el corazón de la ciudad genial, en un teatro de esos que huelen a teatro de siempre, algo muy importante se estaba cociendo.
En el interior ya no se cabía. El recinto estaba repleto hasta la bandera. De repente sonaba la clásica advertencia de “apaguen sus móviles, el show va a comenzar” y unos primeros acordes criollos se hacían paso entre los oídos de los allí presentes.
La banda sonaba llena de brío y de embrujo a partes iguales en un escenario aún oscuro que de pronto iluminó una de sus esquinas y allí estaba ella. Vestida de blanco con su negra cabellera recogida en ese personalísimo moño y sus manos de diosa, que hablaban sin voz al compás del folk de los andes. Su voz salió a flote entre los primeros acordes entonando una melodía que la llevaba a sus raíces, a lo más profundo de su persona, a su tierra. La grandiosa Betty Missiego estaba ante su público para despedirse, para no decir adiós sino “hasta siempre”. “Porque llegué sin ruido y me voy sin hacer ruido” (fue el lema que la acompañó la noche entera). El escenario elegido para esta despedida no podía ser otro que el Teatro Cervantes de su Málaga, la ciudad que limpió las lágrimas de la artista en uno de sus peores momentos vitales, la ciudad que la renovó, que la reconfortó del peor golpe que puede recibir una persona… Para la ocasión, la arropaban su familia, amigos, seguidores acérrimos y alguna que otra cara conocida como el afamado presentador de tv José Manuel Parada, íntimo amigo de la cantante, que no dudó en acompañar a la reina del bolero en su última aparición escénica.
La primera parte del espectáculo, Betty la quiso dedicar a su otro mundo, a su patria: Perú. La cantante repasó grandes canciones del folclore latinoamericano a ritmo de huapangos, valses y demás piezas de la canción andina. Su marido, el compositor y músico sevillano Fernando Moreno, la quiso acompañar en una de las canciones de este primer repertorio. Mientras acompañaba a su mujer a la percusión, el público asistente pudo apreciar las muestras de cariño, coquetería y complicidad que se profesaron mutuamente en todo momento.
Tras un breve descanso, dio comienzo la segunda parte del espectáculo, donde Betty cantó y contó versiones de boleros de toda la vida que, en su voz, sonaban de manera distinta y especial. De esta forma, la intérprete derrochó ternura, sensualidad y elegancia al compás de “Piensa en Mí” o “Voy a Apagar la Luz”, entre otros muchos clásicos.
También se atrevió con historias que popularizaron otros artistas pero que ella siempre ha sentido suyas. Dedicando unas preciosas y emotivas palabras a compañeras de profesión muy queridas por ella, como Cecilia o Mercedes Sosa –ambas ya fallecidas-, la Missiego entonó “Un Ramito de Violetas” y “Alfonsina y el Mar” de una manera más que conmovedora, mientras sus cortos pero elegantes paseos por el escenario, sus gestos y sus manos eran deleite de los allí presentes y muestra indiscutible de un talento innegable.
Y en lo mejor de la noche llegó el turno de sus propias canciones, las que ella ha convertido en himnos. Málaga se derretía cuando sonaron los acordes de “Todo Comenzó”, “Y Serás Mujer” o “Tener un Hijo Tuyo”, casi todas compuestas por el marido de la artista. En esta última canción, la diva peruana se emocionó sobremanera al confesar que para ella lo más importante ha sido ser madre. “Puedo presumir de tener hoy en día tres hijos… y un ángel”, decía mientras se le humedecían los ojos y miraba al cielo recordando a su hijo pequeño, Fernando, que falleció hace 3 años en un fatal accidente, pero que estuvo más presente que nunca en la última gala de su madre.
No se quiso marchar sin una última confesión. Con esa sabiduría y esa dulzura que la artista posee, no dudó en contar una experiencia personal que tuvo con un chico allegado a su familia hace muchos años. Según la propia Betty: “Este chico, a quien siempre he apreciado mucho, siendo apenas un adolescente me quiso pedir consejo a mí porque se sentía mal por estar enamorado de otro chico, de alguien de su mismo sexo. Al cabo de los años, recordando esta anécdota con mi marido y a sabiendas de que el colectivo gay siempre fue muy cariñoso conmigo, dimos vida a esta canción entre Fernando y yo… Esto se llama ‘Tú Me Preguntaste’”. Y de esta forma, la siempre sorprendente Betty, volvió a estremecer al respetable con esta canción suya tan conocida, aunque renovada en arreglos, que hizo las delicias de todos los oídos.
Llegaba el momento de cerrar el espectáculo y la estrella dedicó unos minutos a hablar de su inolvidable paso por Eurovisión. “No me puedo ir sin cantarles ‘Su Canción’. Que conste que es la canción que me ha dado mi mayor alegría profesional y también mi mayor tristeza… Pero pasó lo que tuvo que pasar”. Fue empezar a sonar el ya más que himno eurovisivo y el teatro al completo ponerse boca abajo. El público tarareaba, aplaudía, bailaba y le pedía que no se fuera.
El final llegó cuando su marido volvió a irrumpir en escena con una rosa que ofreció a su musa eterna, como él mismo la llamó, a la vez que agradecía a los músicos y a todos los que, allí presentes, hicieron posible el último concierto. Betty cantó acompañada sólo por el piano una versión particular de la popular balada “A mi Manera” con parte de la letra cambiada, para reflejar su propia experiencia de vida y, como fin de fiesta, repitió “Su Canción” para locura de los eurofans allí presentes. Las últimas palabras de la artista sobre la escena fueron: “…Y nunca olviden que ésta siempre será ‘su canción’. Hoy se marcha Betty Missiego pero siempre les quedará Teresa Beatriz Missiego Campos. Hasta siempre, corazones”.
Desde OGAE SPAIN, agradecer a Betty Missiego todo lo que siempre nos ha aportado a los eurofans en particular y a la música en general. Gracias por todo este legado musical que nos dejas. Podemos presumir para los restos de tener entre nuestros eurovisivos a toda una leyenda como tú.
¡Hasta siempre!
https://www.youtube.com/watch?v=VmLCqAsHwG4