El pasado jueves tuvo lugar la comparecencia del presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, ante la Comisión de Control de RTVE en el Senado. El directivo estaba acusado por parte del Consejo de Informativos de TVE, que señalaba ciertas purgas y represesalias contra los trabajadores de las Noticias de nuestra emisora pública. Ante tales denuncias, Sánchez contestaba con sorna: «Purgas había en la época de Stalin. Sería aterrador que se consintieran a día de hoy».
El responsable máximo de RTVE llevaba 527 días sin comparecer. En todo este tiempo se han sucedido muchos escándalos por los que los trabajadores del ente público y los propios espectadores han pedido cuentas, entre ellos el (supuesto) chanchullo en «Objetivo Eurovisión» con un jurado que favorecía descaradamente a uno de los participantes, que casualmente terminó venciendo, unas normas de resolución del concurso que también favorecerían para la victoria a Manel Navarro y unas irregularidades más que sospechosas en el sistema de mensajes del televoto.
Sin embargo, la polémica de «Objetivo Eurovisión» no es la única que se le echaba en cara al dirigente. Como apuntábamos antes, los trabajadores de los Informativos se sienten indignados por la manipulación y la censura a la que se ven obligados y, por si fuera poco, se trataron también temas como varias polémicas contrataciones que se han dado en la cadena que pagamos todos, el incomprensible espacio de Javier Cárdenas en TVE (un programa que no da audiencia pero que el directivo se empeña en seguir manteniendo), la serie «Reinas» (de José Luis Moreno, presupuestada en más de dos millones de euros por capítulo) o la creación de una redacción paralela a la visible en RTVE donde todos los trabajadores han sido seleccionados a dedo…
En mitad de todo este rifirrafe de polémicas y acusaciones a las que el presidente no daba abasto ni atinaba bien con sus respuestas, cuando el propio José Antonio Sánchez se empezó a sentir cansado por la batería de preguntas, y creyendo no ser escuchado, declaró -también con sorna y chulería-: «Puf…Menos mal que estoy bien pagado».
Lo cual explica que al directivo de nuestra cadena pública le dé igual ocho que ochenta a la hora de llevar a cabo sus tejemanejes al tener asegurado su sillón y su sueldazo, ya que no miente en eso de que está bien pagado. El presidente tiene un sueldo de 197.125,44 euros al año, como hizo público la corporación en este último enero.
En este ENLACE podéis ver el momento en que al presidente se le escapa, delante de un micro abierto que él no tuvo en cuenta, el motivo por el cuál en TVE va a seguir todo manga por hombro y el consuelo que le queda ante tanto ataque… No tiene desperdicio.
Y como esto, todo.
