MAYTE MATEOS (BACCARA)
Hace tan sólo unas semanas, una componente del Baccara original nos ofrecía su entrevista más sincera. Ahora, la otra mitad del mítico dúo, Mayte Mateos, ha decidido brindarnos un hueco en su apretada agenda para contarnos su visión sobre Eurovisión, su experiencia personal y artística desde sus comienzos en Baccara y su día a día en la música. Tenemos con nosotros a otra gran conocedora del éxito antes y después de Eurovisión. Hoy hablamos con Mayte Mateos.
- Mayte, es un honor tenerte en nuestra web. ¿Qué recuerdos guardas del momento en que Baccara nace musicalmente? ¿Cómo empezó todo?
La historia empezó en el ballet de TVE. Yo venía de estudiar en el Real Conservatorio de Arte Dramático y Danza y, una vez en televisión, coincidí con María, que venía de trabajar con varias compañías profesionales de baile. Tras llevarnos unos años siendo compañeras del ballet, a María se le ocurrió que montáramos un dúo musical como cantantes y nos pusimos a buscar temas. Al principio no tuvimos mucho apoyo, a pesar de estar trabajando para TVE, pero finalmente unos productores nos descubrieron y nos fuimos a Alemania para preparar y grabar el primer disco, “Yes, Sir. I Can Boggie”, que resultó ser todo un éxito internacional (séptimo disco más vendido a nivel mundial).
- No tardasteis en alcanzar la fama internacional, como bien dices, y os visteis representando a Luxemburgo en Eurovisión. ¿Qué significó para ti esa experiencia?
Fue todo muy rápido. En febrero estábamos grabando y en abril éramos número 1 en varios países. Y que nos eligieran para Eurovisión fue una experiencia inolvidable porque el 90% de los luxemburgueses votaron en una preselección para escogernos. Para cualquier artista es, o debiera ser, un honor ir a Eurovisión. Este festival te abre muchas puertas. Nosotras quedamos en séptimo lugar pero nuestro disco fue el más vendido aquel año en bastantes países. Y nuestra canción “Parlez Vous Français” se convirtió en un clásico de las discotecas de todo el continente.
- A principios de los 80, decidís separaros María y tú y cada una formó su propio Baccara con compañeras distintas. ¿A qué se debió la separación?
En 1982, grabamos el single “Sleepy Time Toy” pero a María no le gustó cómo quedó porque decía que su voz apenas se oía. Había un punto de nuestro contrato que decía que ningún trabajo nuestro podía salir al mercado sin que las intérpretes estuviéramos de acuerdo con la mezcla final y a ese punto se agarró María para denunciar a nuestro productor y a la RCA, cosa que a mí me dolió bastante porque habíamos pasado de no ser nadie a convertirnos en estrellas en el mundo entero gracias a esta discográfica. El caso es que María ganó el juicio y mandó que retiraran 200.000 copias del single, que además fueron destruidas (se quemaron). Y eso supuso el fin de nuestra relación profesional. Fue un caso único en el mercado discográfico en toda la historia de la música.
- Y centrándonos de nuevo en lo que nos ocupa; a día de hoy, ¿sigues el festival de Eurovisión?
Sí, por supuesto. Me parece un espectáculo impresionante, un gran escaparate musical. Además, viajo mucho por Europa y en casi todos los países se considera un privilegio representar a tu tierra en este festival. No he entendido nunca los prejuicios de ciertos cantantes españoles con respecto a participar en él. Para los intérpretes del resto de países es siempre una oportunidad de oro, además de todo un honor. Donde más se vive es en la parte de Escandinavia. Para los suecos, por ejemplo, Eurovisión es lo más importante. Lo viven todo el año con pasión e intensidad. Es como cuando tu país se la juega en el mundial de fútbol. Así viven ellos Eurovisión. Se preparan muchísimo, se les va la vida en dar con la mejor canción y el mejor intérprete… Y, claro, después obtienen unos resultados que ya quisiéramos otros países.
- ¿Qué te pareció el “Amanecer” de Edurne?
Perfecta como pieza musical pero complicada para Eurovisión. Esa canción es más entendible para profesionales de la música que para un público no especializado. España, al ir directa a la final, muestra su canción sólo una vez y, en el caso de “Amanecer”, un músico que escucha el tema por vez primera puede apreciar cosas bellísimas que la canción tiene pero que para el público de a pie no resultan convincentes. Quizás eso le valió la baja puntuación conseguida. De todas formas, Edurne estuvo magistral. Me encantaron tanto ella como su canción y su puesta en escena.
- ¿Por qué crees que a España le está costando tanto alcanzar un tercer triunfo en Eurovisión?
En primer lugar, porque Eurovisión es una lotería. Nunca sabes qué canción o qué intérprete puede funcionar mejor. Y, en segundo lugar, porque España ha sido durante muchos años un país que se ha reído del festival. Lo ha criticado de la manera más destructiva (y te hablo de artistas y de personajes de televisión que muchas veces han hablado sin tener la menor idea). Claro, TVE no puede tomarse a broma el Festival de la Canción y luego pretender ganar llevando cualquier cosa… Te juro que en ningún país he oído hablar tan mal de Eurovisión como se hace en España. Y eso es no tener ni idea de lo que se habla. Un festival de música que lleva 60 años en pie y moviendo masas de gente en un continente entero y fuera de él no puede ser ninguna tontería. Un espectáculo seguido por 200 millones de espectadores no es para nada algo negativo. Lo que hay que hacer es lo que hacen muchos países: mandar siempre a grandes artistas y canciones capaces de competir. Y que conste que últimamente se está haciendo, eh. Estoy muy contenta con los últimos 4 años de España en Eurovisión pero me parece que han tardado mucho en ponerse las pilas. TVE se ha dado cuenta de que luchar por un buen puesto en Eurovisión es algo positivo, visto lo conseguido por Pastora Soler o Ruth Lorenzo, que quedaron bastante bien. Ahora les interesa ir con las pilas puestas y no lo están haciendo mal, sólo que hay países que llevan décadas con las pilas puestas ya… Así que toca seguir poniéndose al día y apostar fuerte para que España se haga con más presencia en Europa mediante Eurovisión. El esfuerzo merece la pena. Y, si al final quedamos mal, no pasa nada. Nunca Eurovisión ha sido un bache en la carrera de ningún artista. El artista es el que debe saber encauzar su carrera en todo momento, con Eurovisión y sin Eurovisión. Quedar primero o último en el Festival no determina absolutamente nada. Es simplemente un número. Eso sí, hay que hacerlo bien. Hay que pisar el escenario eurovisivo con dignidad.
- ¿A qué artista español mandarías a Eurovisión?
A cualquiera que sea bueno y que tenga muchas tablas. Debe ir siempre alguien con experiencia. Es un festival para cantantes profesionales.
- Estuvisteis preseleccionadas para ir a Eurovisión por Suecia, concursando en el famoso Melodifestivalen como Baccara, aunque ibas con otra compañera (que tampoco es la actual). ¿Qué tal la experiencia?
Pues yo sentí que estaba concursando ya otra vez en Eurovisión. En Suecia lo viven tanto que, para ellos, el Melodifestivalen es su propia Eurovisión a nivel nacional. Es un espectáculo de mucha altura y en el año 2004 allí estuvimos y nos sentimos muy arropadas por el público sueco. Se vuelcan fielmente con sus artistas y con la causa, así que fue muy emocionante.
- ¿Y tú volveríais de nuevo al festival?
Claro que sí. Me encantaría volver siempre que fuera con una buena canción, que es lo que hay que tener en cuenta al acudir a este magno evento. Y, si es representando a España, mejor todavía.
- ¿Qué proyectos tienes ahora? Sabemos que no paráis nunca…
Bueno, hay muchas galas pero sí que estamos más paradas este año porque nuestra zona es, sobre todo, la Europa del Este. Nos salen muchas actuaciones por Rusia, Ucrania, etc. Pero esos países no están ahora para contratar a nadie…
- Para terminar, Mayte, ¿mandarías un saludo a los eurofans y lectores de OGAE Spain, que siguen tu carrera y tus proyectos desde hace tantos años?
Claro que sí. Les mando todo mi mensaje de cariño y apoyo. También les doy las gracias por su persistencia, por no abandonar nunca el festival ni a los eurovisivos. Espero que sigamos juntos.