El universo eurofan se tiñe hoy de luto tras la noticia del fallecimiento de la inolvidable cantante Nora Brockstedt, la primera voz noruega de Eurovisión. La artista ha fallecido en el hospital Ullevall de Oslo, víctima de una grave enfermedad a los 92 años. Nora era una de las artistas más emblemáticas de la Europa del norte y, si bien es cierto que centró su carrera en el jazz, todo el mundo recuerda su inigualable paso por la Eurovisión de los 60.
En 1960, Noruega se estrenaba en el Festival y lo hacía con esta gran intérprete, apostando sobre seguro pues ya era reconocido el éxito de la artista en su país. La cantante, por aquel entonces de 37 años, quedó en 4º lugar con el tema «Voi, Voi«.
Fue tal la satisfacción de la televisión noruega en su debut que decidió volver a contar con Nora al año siguiente. En esta ocasión, la cantante defendería el tema «»Sommer I Palma«, haciendo un guiño a nuestro país (la canción hablaba de una historia ocurrida durante un verano en Palma de Mallorca). Esta vez, Noruega alcanzaba un 7º puesto.
Tras Eurovisión, la reconocida vocalista se consolidó como una figura de peso en la canción noruega y consiguió centrar su carrera en el género que realmente le apasionaba y por el que más se la recuerda: el jazz. Grabó alrededor de 70 discos entre los años 1946 y 2004 y también hizo sus pinitos como actriz en 5 películas diferentes.
Sonados han sido, sobre todo en los países nórdicos, sus espectáculos, álbumes y galardones recibidos en más de 60 años de carrera musical, ya que la avalan un premio Spellemannprisen a la Mejor Voz Femenina, Premio Gammleng en reconocimiento a su carrera o el premio honorario Alf Prøysens, concedido por la Asociación de Artistas Noruegos, entre otros muchos reconocimientos.
Nora estuvo casada con el afamado compositor noruego Arnes Riis, fallecido en 2009.
Tras una vida dedicada por entero al arte, la cultura y la música, hoy «la voz de oro de Noruega» guardaba silencio para siempre, pero retumbará de por vida en la memoria musical de su multitudinario público y, por supuesto, en la memoria sentimental de cada eurofan. ¡Hasta siempre, Nora!