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JOHN KENNEDY O’CONNOR

Hoy tenemos el placer de entrevistar a John Kennedy O’Connor, locutor de radio y televisión, escritor y comentarista de programas de entretenimiento. Nacido en el norte de Londres, ha escrito, retransmitido y comentado programas para numerosos medios así como para corporaciones internacionales. Es, probablemente, más conocido por su trabajo relacionado con el Festival de Eurovisión como autor de los libros «The Eurovision Song Contest – The Official History» (2005) y «The Eurovision Song Contest: The Official Celebration» (2015) y como comentarista y portavoz en la televisión de San Marino.

  • En primer lugar queremos darte las gracias por habernos concedido esta entrevista para OGAE Spain, es todo un honor para nosotros.

El placer es mio, gracias a vosotros.

  • Comencemos hablando sobre ti. ¿Cuándo y cómo comenzaste a trabajar en el mundo del Festival de Eurovisión?

He seguido Eurovisión desde el año 1972, aunque tengo recuerdos de ediciones anteriores. En los años 80 trabajé en la industria discográfica en Reino Unido seleccionando canciones; después trabajé para la TRT turca como parte de la delegación del país en un par de festivales. Cuando se publicó mi primer libro sobre Eurovisión en 2005 me invitaron de nuevo al festiva,l después de haber estado fuera durante muchos años, y desde entonces he estado involucrado con los medios de comunicación en diversas emisoras. Desde 2012 he formado parte del equipo de San Marino, como comentarista y también como presentador de los programas previos a Eurovisión.

  • ¿Cómo ves actualmente al Festival de Eurovisión? ¿Consideras que ha cambiado mucho en los últimos años?

Creo que ha cambiado tanto hasta hacerse casi irreconocible; casi no hay relación entre el concurso que vi por primera vez en 1972 y el que se emite ahora. Tengo que ser honesto y decir que hoy en día no disfruto mucho del concurso, o por lo menos no tanto como solía hacerlo. Es demasiado grande, cada año demasiado de lo mismo, demasiado previsible todo. Se ha convertido en un evento televisivo más que en un concurso o competición. Está completamente carente de originalidad, ya que cada producción sigue un determinado formato y rara vez se ve la innovación.

La votación no ha cambiado mucho, a parte de hacer al ganador cada vez más y más previsible y aburrido, pero ante todo, hoy lo que prima es la producción televisiva y la votación, el ganador y todo lo demás es secundario. Casi no hay ninguna referencia cultural al país anfitrión y a la ciudad donde se celebra el certamen, cada año todo parece hecho con un molde para galletas.

  • Has cubierto muchos festivales a lo largo de tu carrera. En tu opinión, ¿cuál ha sido el mejor y el peor organizado?

¡Es una pregunta dificil! Cuando formas parte de una delegación, las cosas que suceden allí muchas veces no son vistas por la prensa, ni por los fans ni siquiera por los telespectadores, por lo que pueden nublar tu opinión sobre la organización, incluso si son aspectos que no tienen ningún impacto directo en el show. Por ejemplo, en Bakú la organización fue espectacular en muchos aspectos, pero la seguridad opresiva que había, ese control de multitudes sin sentido, el calendario de ensayos y galas… fue todo agotador.

Creo que Malmö en 2013 dio la vuelta a las cosas y fue una experiencia más gozosa y feliz. En términos de producción televisiva, sigo pensando que 1998 marcó un máximo en relación a lo que se ve en pantalla, que nadie ha sido capaz de igualar, pero yo no cubrí aquel certamen.

  • Has sido también el portavoz de San Marino en 2013 y presentado los shows previos al festival. ¿Cómo fue esa experiencia?

La presentación de los previos es muy divertida, pero tuvimos que hacerlo todo muy rápido. Pasé mucho tiempo viendo vídeos y escribiendo guiones, pero una vez en el estudio hay muy poco tiempo y muchas tomas finalmente no son posibles, sobre todo al final del día cuando el reloj no se detiene. Se necesita un día entero para grabar las presentaciones y luego muchos, muchos días para editar los programas. Los dos primeros años que colaboré con San Marino (2012 y 2013) grabamos todo en un estudio en San Francisco; el productor en 2013 hizo un trabajo nefasto, con lo cual hubo muchos problemas posteriores con la edición. Se hizo todo lo posible, pero creo que la calidad fue muy pobre. Los últimos años que he estado en San Marino, en 2014 lo hicimos todo allí y fue más divertido, pero demasiada presión para hacerlo todo en un día.

La votación en 2013 fue lo más divertido y a la vez aterrador que jamás he hecho; fue todo un honor y una sorpresa que me lo hayan propuesto. En un principio el plan era dar los votos desde Malmö, pero la UER se negó rotundamente y fingir que estaba en San Marino. ¡No les faltaba razón! Todo ello derivó en un trayecto muy muy rápido desde Malmö a San Marino, via Copenhague y Bolonia para estar presente en el ensayo del viernes. Todo salió bien, todo muy sencillo y el sábado hicimos otro ensayo muy divertido, bromas con Petra que por desgracia nadie se paró a grabar, ni siquiera la SVT. Cuando llegó la gala en directo de repente me puse desesperadamente nervioso. No se por qué. He trabajado en televisión en directo durante muchos años y por lo general no estoy nervioso en absoluto. Pero estaba temblando, mi voz subió una octava y sudaba como un loco. Supongo que en mi interior era consciente de que estaba ante 175 millones de telespectadores en comparación con los pocos miles que ven lo que hago en televisión normalmente. Ser el primero en dar los votos contribuyó a que la situación fuese esa. También me había comprometido a decir algo en italiano y sueco, que debía salir perfecto. Cuando terminé, todo fue un poco decepcionante. Finalmente me quedé allí a ver el resto de la gala.

He sido comentarista desde 2012, aunque aquel año fue todo un desastre. En 2014 colaboró conmigo una compañera de profesión de Estados Unidos y tuvimos una audiencia masiva, fue asombroso; lo hicimos completamente interactivo. Muchos otros entes públicos nos dieron la enhorabuena y ahora están intentando hacerlo de la misma forma. Fue muy divertido pero enormemente estresante y difícil de hacerlo de esa forma. Por desgracia, este año Jamarie no estaba disponible y en el último momento me puse enfermo y perdí la voz. Intenté hacerlo lo mejor posible en la segunda semifinal, pero no estaba aún recuperado.

  • Imagina que puedes viajar en el tiempo. ¿A qué edición del Festival de Eurovisión volverías y por qué?

Yo nací en Reino Unido y soy un gran fan de Sandie Shaw, así que hubiese sido especial estar en el festival de 1967 y ver su victoria y la primera victoria para Reino Unido. O haber estado cuando ABBA ganó en 1974; seguro que habría sido muy especial.

  • ¿Qué cualidades crees que debe tener un artista y una canción para ganar el Festival de Eurovisión?

Ahora todo gira alrededor de la presentación, más que nunca. Tienes que tener el truco adecuado, no necesariamente que tu aparición sea un truco. Tienes que tener una canción anodina que pueda encajar en una audiencia multicultural y de diversas edades. Siempre se ha dado el caso de que la ganadora sea la canción que tenga el mayor común denominador, pero hoy en día la presentación está por encima de todo. Es por esto por lo que Suecia ganó recientemente dos veces con canciones muy comunes. Era el estilo sobre la sustancia. Mejores canciones se han quedado por el camino, ya que no se enganchaban en la memoria de la forma que las suecas lo hacían gracias a su presentación.

  • ¿Qué opinas sobre RTVE y España en el Festival de Eurovisión? ¿Qué está fallando en nuestro país para no conseguir buenos resultados?

Sinceramente, ¡no lo sé! España ha tenido sus altos y no hay nada intrínsecamente diferente de lo que hicieron esos años a como lo hacen otras veces cuando sus resultados han sido malos. Probablemente cantar en español no ayude en una época en la que el inglés lo domina todo. Da la sensación que España ha enviado la misma canción una y otra vez en los últimos festivales, no son muy distintas.

Sinceramente, la de este año me pareció la peor representación española en muchos años; fue penosa y la puesta en escena era ridícula. Me sorprendió que no hubiese quedado última. Fue una pena que los fans le diesen tanto apoyo, ya que enmascaraba el inevitable fracaso. ESDM fue otra representación muy pobre. Ruth Lorenzo fue mucho mejor que estas otras, pero una vez más la canción no era nada nuevo, aunque cantar parte en inglés le ayudó mucho. En el Festival de Eurovisión de 2003 pensaba que Beth tenía la canción ganadora de esa edición pero, por desgracia, el directo no fue nada bueno. Si España hubiese llevado a un artista con más experiencia las cosas podrían haber sido muy diferentes. Era una gran canción y mi favorita en Riga.

Italia parece ser el único país del ‘Big 5’ al que le va relativamente bien en este momento, a pesar de cantar en italiano; es muy difícil decir lo que está bien o mal para los demás. Alemania ha cambiado su tendencia y están haciendo las cosas mal otra vez después de que Lena les arrastrase de nuevo a la gloria; y al igual que los españoles, Reino Unido y Francia no son nada contendientes en absoluto. Sería necesario que un ‘Big 5’ ganase de nuevo; ayudaría enormemente al festival.

  • Has escrito dos libros sobre el Festival de Eurovisión. ¿Qué podemos encontrar en ellos?

The Official History es una mirada, año por año, al certamen y a su historia en orden cronológico desde 1956. En él podemos encontrar los aspectos más destacados de cada edición y se recogen anécdotas que sucedieron y no se ven en pantalla. Además, incluye secciones como «estadísticas», listando todos los posibles matices de los resultados y los participantes. Se ha publicado en inglés, alemán, francés, holandés, sueco, danés, ruso y finlandés; la versión en inglés fue reeditada tres veces, la última en 2010.

The Official Celebration para el 60º aniversario es un libro mucho más relajado y divertido, en el que se incluyen todas las cosas que hacen a Eurovisión un evento peculiar, divertido y popular; los trajes, los hits, la coreografía, los presentadores, los estadios… contando las historias individuales y peculiares en lugar de la historia de forma cronológica. Para cada capítulo elegí títulos de canciones del festival. En algunos aspectos, era el libro que siempre quise escribir, ya que me dio mucha más libertad y margen de maniobra y era capaz de ser mucho más humorístico. Se ha publicado en inglés, alemán y sueco, aunque hubo muchos problemas con la traducción al alemán. Hicieron una traducción muy mala y llena de errores que me asombraron, ¡incluso fechas mal traducidas!

  • ¿Crees que el Festival de Eurovisión tiene futuro?

Estoy seguro, pero al igual que la radiodifusión cambia, el festival cambiará. De hecho, es difícil imaginar que existirán organismos públicos de radiodifusión en su forma actual durante mucho más tiempo. La BBC está en este momento bajo un constante ataque, y puede llegar a convertirse en solo un proveedor de noticias y documentales, dejando fuera al entretenimiento. Si esto sucede, se iniciará un cambio en el resto de entes públicos de toda Europa y el sector privado/comercial tomará el control. Como Eurovisión no se ajuste a ese futuro, no estoy seguro, pero es una marca con demasiado éxito como para morir.

Si los organismos de radiodifusión privados quieren reemplazar a los organismos públicos tradicionales, la UER estará abierta a ello, estoy seguro, en lugar de matar el concurso. Otro problema es que la propia UER se está convirtiendo en irrelevante. Los organismos de radiodifusión ya no necesitan la tecnología combinada y la membresía ya no es esencial. Se puede retransmitir en directo desde Londres a Jerusalén a través de internet. Ya no se necesitan satélites de enrutamiento a través de Ginebra. Sin embargo, como la televisión se vuelve más y más «a la carta», no estoy seguro de cómo encajarán los programas en directo y eventos de este tipo. Ya no es necesario un televisor para ver la televisión y se puede ver un programa en cualquier momento que se desee. Para un evento como Eurovisión, tal vez la gente aún quiera sentarse y verlo juntos en directo. ¿Quién sabe? El festival evolucionará como lo hagan los entes de radiodifusión.

Sin embargo, creo que si se debería hacer algo para reducir la duración del festival y que deje de ser tan tedioso. 3 horas y 45 minutos es demasiado tiempo para un festival como Eurovisión, al igual que meter 27 canciones en una final. Todos esos intermedios interminables y conexiones con los presentadores aburren a la gente. Alargar las votaciones hasta el final ha sido un movimiento muy inteligente, pero ahora tienen que mirar a otras áreas para que el festival no dure más de 3 horas. Me gustaría ver semifinales más competitivas; permitir que pasen 10 de las 15 canciones es un sinsentido. Es casi imposible que una canción que no se clasifique en el Top 3 en la semifinal pueda ganar Eurovisión, las demás son solo de relleno en la final.

Me gustaría ver en la final a no más del 49% de los semifinalistas, o incluso solo al top 5 de ellos. Reducir el número de canciones en la final a 20 sí es posible. Mantendría al ‘Big 5’, pero podrían alentarlos a hacer algo más a cambio de su privilegio. No es nada descabellado decir que a cambio de un puesto asegurado en la final, tendría que haber algún requisito mínimo para la selección de su representante. España, Reino Unido y Francia no parecen poner mucho esfuerzo en la elección de sus canciones. Deduzco que Reino Unido se está abriendo al concurso para 2016, pero no espero mucho más. Las últimas preselecciones nacionales francesas y españolas han terminado en un desastre eurovisivo.

  • Muchísimas gracias John por tus palabras, ha sido una entrevista muy completa y enriquecedora. Si quieres dedicar unas palabras al público eurofan español, este es el momento.

Es siempre un gran placer conectar con fans de todo el mundo y estoy muy feliz de saber que Eurovisión es tan apoyado y amado en España. Ojalá los fans españoles puedan ver mejores resultados para su país en los próximos años y tal vez nos veamos en Madrid o Barcelona algún día para que los fans puedan acoger a la comunidad eurovisiva.

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