Durante la Comisión Mixta de Control Parlamentario al ente público español, celebrada el 29 de mayo, José Antonio Sánchez, directivo de RTVE, quiso explicarse acerca del 23º puesto de Amaia y Alfred en Eurovisión y la gran cantidad de malas posiciones que acumula España en el certamen.
Sin ningún sentido de la autocrítica y elogiando el gran trabajo hecho por el departamento encargado, el presidente de la cadena acusó a la competencia, al gran nivel que aporta el resto de países: «España compite contra una enorme competencia» es todo lo que ha dicho al respecto sin ningún ánimo ni voluntad de que nuestra emisora pública algún día se ponga a la altura de esa enorme competencia que él mismo reconoce y de un festival como Eurovisión para poder ser un gran país competente también. Sánchez también ha dejado caer que quizás el sistema de votos influya en el resultado.
El sistema de votos, como todos sabemos, es el mismo para los 43 países y es el compendio de la votación de un jurado profesional con la de la audiencia. Evidentemente, tener una canción competitiva y bien presentada es la mejor arma para que tanto los jueces como el público reparen en votarnos. Sin embargo, eso no suele pasar con España. No hay esmero por parte de la delegación en llevar un producto vendible que impacte, para bien, de alguna manera.
Aparte, en muchas ocasiones nos hemos enfrentado a procesos de elección más que sospechosos y a una desgana y una apatía por parte de los responsables de nuestra representación que, sin ir más lejos, este año les hizo abandonar, según rumores bastante sonados, la sede del Festival a comienzos de la semana eurovisiva dejando los preparativos de nuestra intervención en el Festival a medias (si es que tuvieran intención de haber preparado algo).
Con respecto a todo esto, el señor José Antonio Sánchez no se pronunció. «Consideramos que el trabajo de la candidatura se ha realizado correctamente», dijo en referencia a la labor hecha este año por el departamento correspondiente.
Las audiencias, que sí parecen importarle, sí las señaló: «Es el mejor dato de TVE desde el año 2008, es decir, desde hace una década» .
El caso es que la actuación de Amaia y Alfred fue la más anodina de Eurovisión 2018 y que, un año más, pasamos desapercibidos para jurados y audiencia. Algo está fallando y el problema no está fuera.
Con este nulo sentido de la autocrítica, en medio de tanta incapacidad de trabajo y sin un ápice de interés por parte de los responsables, las cosas no parece que vayan a cambiar en RTVE, al menos a corto plazo.
