¡Hola queridos eurolectores!
Hoy os voy a hablar de la gran favorita del año. La candidata a ganar Eurovision 2018 en Lisboa. La artista que nos puede llevar de nuevo a Jerusalén como en 1979 y 1999. Y es que ya lo decía hace un par de meses el francés Igit en la selección nacional francesa: “Lisboa, Jerusalén”… Todo un visionario el señor éste, un auténtico illuminati… ¡Aunque yo prefiero Tel-Aviv ya que nos ponemos! ¡Qué me gusta a mí que se añada un nuevo nombre al listado de ciudades que han sido sedes del festival de Eurovision!
La verdad es que no podemos negar que a Israel se le dan bien los años que acaban en 8. De hecho dos de sus tres victorias fueron en París 1978 con Abanibi y en Birmingham 1998 con Diva. Por no hablar de la curiosa historia que ocurrió en Dublín 1988 y que ya os he contado en alguna otra ocasión, pero os la refresco: la propia Yardena Arazi, la representante israelí de ese año con Ben Adam, fue a una vidente que le dijo que ganaría el país que actuase en 9º lugar… Curiosamente cuando se realizó el sorteo del orden de actuación ese puesto fue para Israel, pero Chipre, que actuaba en segunda plaza, se retiró antes de que se celebrara el festival por lo que todos corrieron un puesto y finalmente Israel actuó en octavo lugar. ¿Quién pasó a actuar en novena posición? Sí, queridos… Celine Dion por Suiza… ¿Nos lo creemos? Yo creo que hubiera ganado la diva canadiense actuando primera, última o décima como le hubiera correspondido de no haberse retirado el chipriota. Claro que lo que nunca sabremos son votos que hubiera dado el jurado de la isla mediterránea y si con eso se hubiera dado un vuelco al marcador que solo separó a la Dion del británico Scott Fitzgerald por un 1 punto…
Me hace gracia leer constantemente comentarios de eurofans que afirman que Israel no puede ganar porque no es un país querido en Europa y está mal visto. ¡No aprendemos! Ni aunque nos den lecciones año tras año, ehhh… ¿La última? El 13 de mayo de 2017. Cuando todos nos enorgullecimos de que por fin ganara Portugal un festival que le había sido denegado en tantas ocasiones. Cuando sentimos esperanza porque pensamos que si un país con la trayectoria de éste podía lograrlo, cualquiera podía conseguirlo, incluida España. Cuando de nuevo nos dieron un zas en toda la boca porque creer que hay cosas que nunca veremos en el festival… Y eso es porque no aprendemos. No habíamos aprendido todavía a pesar de ver ganar a Finlandia, la hermana escandinava fracasada. Tampoco de ver como Serbia ganaba en 2007 con una balada cantada en serbo-croata, como siempre ganan canciones en inglés… Ni escarmentamos lo suficiente cuando una señora con barba levantaba el trofeo al grito de “imparables”… Pues seguimos erre que erre. Dando por hecho que hay una conspiración judeo-masónica en Europa para impedir la 4ª victoria de Israel… Israel, ese país que quedó tercero el año pasado en la semifinal, que fue noveno en 2015 con 97 puntos, que fue top 5 en 2005 con Shiri Maimon… ¿Sigo? ¡Dejémonos de tonterías por favor! Podemos hacer todas las elucubraciones que queramos, predecir hasta el 12 de mayo como si no hubiera un mañana, pero ante todo asumamos que la realidad siempre supera la ficción y en Eurovision cada año hay sorpresas.
¿Las apuestas son infalibles? NO. No hay nada ni nadie que tenga un porcentaje del 100% de éxito a la hora de predecir. Pero como experto en casas de apuestas que me considero puedo asegurar que el grado de fiabilidad de las apuestas de Eurovision es elevadísimo porque se va viendo el proceso de elección de las candidaturas y las propuestas para el espectáculo en directo durante los meses previos. Con esto quiero decir que no es como un partido de fútbol en el que en un segundo puede cambiar un resultado de golpe por marcarse un gol o pitarse un penalti, sino que aquí las propuestas favoritas suelen gustar y las que no lo hacen es porque no han conquistado a una mayoría del público. ¿Sorpresas? Como ya he dicho siempre hay que contar con ellas. A veces una representación que es bastante favorita para los eurofans puede venirse abajo mientras que otra con la que no contaban los seguidores del festival se sale. Aunque suele suceder más lo primero que lo segundo, es decir, es más común que una candidatura inflada por los fans no convenza al público en general que el que una candidatura que los eurofans no contemplan llegue alto de repente porque ha conquistado al sector no eurofan. Hay miles de ejemplos así que no os daré ninguno, solo tenemos que hacer un poco de memoria.
Pero donde yo quiero llegar es al siguiente punto. No recuerdo una entrada en las casas de apuestas tan potente como la que ha hecho Israel desde que Loreen cantó Euphoria en la primera semifinal del Melodifestivalen 2012. Y cuando eso sucede es por algo… Incluso hay gente de mi entorno no eurofan que me están escribiendo y preguntando por el tema de Netta Barzilai porque les tiene enganchadísimos o porque están oyendo hablar de él en todos los medios de comunicación. Y es que la gallina clueca israelí es todo un bombazo mediático como lo fueron Dana International, Lordi, Loreen o Conchita Wurst en sus respectivos años.
Por otro lado si revisamos los ganadores desde el año 2005 que eran favoritos en las apuestas desde que se dio a conocer su participación hasta que ganaron, tenemos un total de 8: Elena Paparizou, Marija Serifovic, Dima Bilan, Alexander Rybak, Lena, Loreen, Emmelie de Forest y Måns Zelmerlow. Un total de 5 no fueron catapultados en las apuestas hasta la semana misma de celebración de las galas, consiguiendo la gran mayoría de ellos despuntar una vez que se habían clasificado para la final y haciendo prever que habían ganado su semifinal: Lordi, Ell & Nikki, Conchita Wurst, Jamala y Salvador Sobral. Si bien estos tres últimos semanas antes del festival ya estaban en el top 5 de las casas de juego.
Toy, aparte de ser mi favorita de este año, es un tema que entra a la primera. Según empieza dices: “¿Qué cojones es esto?”, y ya te mantiene expectante… hasta que llega el estribillo, donde te conquista, te atrapa, y hace que ya no puedas parar de oírla. Cuando la escuchas por primera vez y termina te quedas con ganas de más, de volver a oírla, crea adicción. ¡Y eso es muy difícil hoy en día con el volumen de canciones que se publican diariamente! Tiene ese punto de crear vicio y repetirla en bucle que tenía Euphoria, que tenía Waterloo, que tenía la Macarena, que tiene el (impopular para muchos) Despacito… ¡Canciones que hacen historia!
Pero no perdamos de vista a la intérprete. ¡Ojito con ella! Es única, irrepetible, especial, como casi todos los ganadores de Eurovision de los últimos años exceptuando los azeríes que pillaron el premio de rebote… Netta tiene carisma como tenía Alexander Rybak, la pena es que este señor ha vuelto a aparecer y sigue conservando ese ángel que le dio el triunfo en 2009. Es muy simpática como Emmelie de Forest, también descocada y pizpireta como Lena, pero a su vez se la ve segura y firme como a Dima Bilan. Vocalmente es perfecta como Jamala. Sabe crear atmósfera como Loreen. Tiene un hit como tenía Måns Zelmerlow. Genera polémica y expectación como Lordi. Físicamente no es especialmente agraciada como Marija Serifovic. Tiene un mensaje que lanzar a Europa como Conchita Wurst. Y ante y sobre todo es diametralmente opuesta a Salvador Sobral. Y ya sabemos que lo que funciona en Eurovision un año normalmente no es repetido al siguiente; sino repasar la lista de ganadores de los últimos 20 años a ver cuántos estilos coinciden. En conclusión, que Netta tiene todos los ingredientes para ganar si se lo permiten Noruega y Alemania que creo que tienen mucho que decir. Rybak por su carisma y Schulte por su mensaje.
Yo ahora mismo apuesto por la victoria de Israel, es más, la predije dos semanas antes de que saliera la canción solo con verla actuar en el Rising Star que sirvió como método de elección. Estoy convencido de que la puesta en escena va a ser acertada y muy bien estudiada para darle a la gallina de los huevos de oro lo que necesita, que por otro lado no es demasiado lo que requiere puesto que ella lo hace todo con su estilazo personal y su presencia escénica. Así que no quiero lloros luego en mayo ehhh. Tenéis dos meses para mentalizaros. Luego no digáis: “¿Cómo no lo vimos venir?”. Porque os lo estoy avisando con tiempo. Aunque sé que muchos de vosotros pensáis como yo. Parece que este año una gran mayoría de nosotros ve claro el cuarto triunfo de Israel.
Para despedirme solo me queda recordaros que sea quién sea el favorito, y gane el que gane “Eurovision es música y la música es para disfrutar. Así que disfrutemos de Eurovision”. ¡Venga todos a hacer la gallina caponata por favor! Cocococococo…
Eurobesos para todos.
Firmado: Juan Manuel Jiménez Díaz
@juanmajd
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