Hace unas semanas la televisión pública portuguesa mostraba su intención de organizar un Festival de Eurovisión «económico», pero de una manera eficiente.
Esta mañana la RTP ha hecho público el coste en el que se cifra la organización del Festival en el país luso: se han presupuestado 12 millones de euros, cumpliendo así la promesa de crear un Festival que no exceda en gasto, a pesar de haber puesto el límite en 23 millones de euros. El Ayuntamiento de Lisboa y Turismo de Lisboa financiarán parte del evento con 5 millones de euros; mientras que Turismo de Portugal también contribuirá con una cifra que se desconoce por el momento.
Si esta cifra presupuestada se mantiene al finalizar el evento, Eurovisión 2018 habrá sido el más barato de los últimos años. El año pasado, Eurovisión le costó a la televisión pública ucraniana un total de 30 millones de euros, más del doble de lo que supuso para la SVT Eurovisión 2016 (14 millones de euros). Para el Festival de 2015, en Viena, fue necesario invertir 26 millones de euros, casi la mitad de lo que costó Eurovisión 2014 en Copenhague (46 millones de euros). Si bien en Mälmo 2013 la cifra fue de 15 millones de euros, el récord de inversión lo sostiene Bakú 2012, con una inversión de 100 millones, aunque hay que tener en cuenta que dentro de esa cifra se incluyó la construcción del Baku Crystal Hall, lugar donde se celebró el Festival.
