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MIKEL HERZOG: «SI MIS HIJOS PENSARAN EN IR A EUROVISIÓN, LES SUGERIRÍA QUE NO LO HICIERAN»

El protagonista de nuestra entrevista de hoy fue nuestro representante en Eurovisión en 1998. Alcanzó la posición número 16 en un festival no exento de polémica. Era la primera vez que el concurso era ganado por una cantante transexual y eso trajo bastante polémica debido a ciertas declaraciones de los medios de la época y de algunos artistas que también quisieron mostrar públicamente su opinión. Israel fue el país ganador de aquel año con la artista Dana International. España iba representada por Mikel Herzog, que hoy ha querido pasar un rato con nosotros.

 

 -Hola, Mikel. Gracias por concedernos el lujo de tenerte un rato con nosotros y querer compartir tus experiencias y anécdotas. Cuéntanos qué recuerdos guardas de tu paso por Eurovisión.

 En primer lugar, gracias a vosotros por tenerme en cuenta. De Eurovisión guardo un recuerdo imborrable. Fue una vivencia bastante grata. Yo por aquel entonces era ya un cantante de mucha experiencia. Venía de quedar 2º en el Festival de Benidorm y se me conocía bastante pero, aun así, quise dar un paso más en mi carrera y por eso acepté acudir a este festival. Me creé muchas expectativas. TVE me dio muchas esperanzas… Después hubo un montón de votos entre países limítrofes y nada salió como yo esperaba, pero al menos quedé satisfecho con mi participación.

 

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-Alcanzaste el puesto número 16 y el país ganador de aquella edición fue Israel, con Dana International y su canción “Diva”. Algunos eurofans, al saber que te tendríamos aquí, nos han pedido que te preguntemos sobre unas declaraciones que hiciste en su día. Al parecer, diste a entender que Israel ganó, más que por la calidad de la canción, por el voto masivo del colectivo gay y transexual… ¿De verdad crees que eso fue así?

No fue del todo así. Yo quise decir que el colectivo gay o transexual tienen mucha fuerza en este certamen. Es un público muy fiel, que a mí me encanta por cierto, y que se entrega al máximo cuando un artista les llega por una razón u otra. Por eso dije que no me extrañó que Dana ganara, puesto que muchos eurofans se debieron sentir identificados con ella o con su canción. Para nada quise faltar al respeto a nadie. Nunca hablé en tono despectivo ni lo haría. Respeto mucho a los gays y transexuales, eso quiero que quede muy claro. Y, por supuesto, Dana (independientemente de que fuera transexual o no), ganó porque llevaba un temazo. Su fórmula para el triunfo era perfecta y lo vi muy justo.

 

-¿Sigues el Festival de Eurovisión a día de hoy?

Más que seguirlo, lo veo. No estoy tan al tanto como los eurofans de las candidaturas de otros países o de la actualidad eurovisiva, pero en mi casa Eurovisión es una cita ineludible. Nos reunimos la familia entera y también algunos amigos. Hacemos apuestas y todo lo típico. Que, por cierto, yo nunca acierto nada. Se ve que mis gustos no van con comercialismos eurovisivos… Y me falta la música en directo. Cada año echo de menos el sonido de las grandes orquestas que había antes.

 

-¿Qué opinión tienes acerca de la actuación de Ruth Lorenzo el año pasado?

Impresionante, bárbara, sobrada de voz… Una fiera. ¡Una verdadera diva!

 

-El año pasado ganó Conchita Wurst, que ha sido comparada millones de veces con Dana International para bien y para mal. ¿Qué crees que tenía Conchita para convencer al continente entero?

Mucha diferencia. Es que en Eurovisión, para ganar, hay que ser diferente. Su puesta en escena era distinta. Lo de ser una mujer con barba resultó novedoso, sorprendente… Ante un fenómeno tan singular, lo normal es lo que pasó: ¡llovieron votos para Austria! Conchita Wurst dio con una fórmula que le proporcionó éxito sabiendo ser diferente y especial. De eso tendría que aprender España. Lo más diferente que ha llevado nuestro país es Rodolfo Chikilicuatre… Así nos va. Hay que saber marcar la diferencia para bien.

 

-¿Has oído «Amanecer»? ¿Qué posibilidades le ves a Edurne?

No lo he oído todavía, así que no puedo opinar. Pero a Edurne la conozco bastante y es una gran artista. Verás, si esto fuera cualquier otro festival diría que Edurne, como cantante, posibilidades tiene muchísimas… Pero es Eurovisión, así que me temo que Edurne tiene las mismas posibilidades que hemos tenido todos los españoles hasta ahora. Se tendrá que conformar con los votos que sobren. Y no quiero desalentar a nadie pero es la realidad y hay que asumirla. No todos los países somos tratados igual. Pero, bueno, eso no importa. Yo sé que Edurne va a hacer una actuación histórica porque es una mujer muy currante y dejará el listón alto. Las votaciones no deben preocuparle. Ella hará bien su trabajo y todos estaremos orgullosos de una representación tan digna.

 

-Mikel, tus hijos han decidido seguir tus pasos. Ahora mismo concursan en «La Voz». ¿Crees que ellos apostarán por ir a Eurovisión algún día? ¿Ha salido alguna vez el tema de conversación en vuestra casa? ¿Qué te parecería a ti que ellos representaran a España algún año?

La verdad es que nunca lo hemos hablado en casa y no creo que a ellos se les pase por la cabeza. Yo no apoyaría esa idea, sinceramente. Mucho tendría que cambiar el Festival para que me pareciera bien que mis hijos pasaran por ahí. Ya te digo, es algo que nunca me han consultado pero si alguna vez me pidieran consejo sobre una posible participación en Eurovisión, yo les sugeriría que no. Además, ellos ya están siendo conocidos y me parecería mejor que Eurovisión ahora se enfocase a cantantes más noveles o anónimos.

 

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-¿Y tú volverías a Eurovisión?

No, jamás. Mucho tendrían que cambiar las cosas. Tendría que desparecer el televoto, por ejemplo. De todas formas, no creo que yo sea un perfil válido a día de hoy para Eurovisión.

 

-¿Qué estás haciendo actualmente?

Aparqué hace poco mi carrera de cantante y me estoy dedicando más a la producción. También en los últimos años me he ocupado mucho de formar musicalmente a mis hijos. Ellos desde que veían «Operación Triunfo» (que yo fui los tres primeros años el director de la post academia), decían que querían ser cantantes. Y ahora que ha llegado el momento me estoy ocupando yo mismo de su carrera. Y mi vocación de cantante la dejé un poco de lado. Aún podría dedicarme a ello. De hecho, creo que estoy en mi mejor momento vocalmente… Pero la crisis está afectando demasiado a los cantantes y yo estoy un poco cansado. Prefiero impulsar la carrera de gente más joven. Y también soy empresario. Tengo una empresa naviera. Es algo a lo que nunca creí que fuera a dedicarme pero ha llegado a gustarme muchísimo. Hay que hacer de todo en esta vida.

 

-¿Qué mensaje o consejo lanzarías a Edurne de cara a Viena 2015?

Que no piense en nada que no sea disfrutar la experiencia, que tome nota de todo en los ensayos, que exija todo lo que ella crea necesario una vez que pise el suelo en Viena y empiece a probar cosas. Y que pregunte todo lo que ella crea que debe saber. Y, aparte de todo esto, le digo desde aquí que es una pedazo de artista y que sé que va a arrasar.

 

-¿Y qué palabras dedicarías a los eurofans que te leen ahora mismo?

Les doy las gracias por todo, les mando un saludo de lo más  cordial y les pido que sigan pendientes de la cita anual eurovisiva. Los eurofans sois un público muy necesario.

 

 

 

 

 

 

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