50.000 personas se desplazaron hasta la Plaza Rabin de Tel Aviv (Israel) en la tarde de ayer para recibir a Netta, la flamante ganadora israelí del Festival de Eurovisión 2018.
La cantante, agradecida y pletórica, comentaba llegar casi sin voz por la emoción y estar orgullosa de haberse llevado una nueva victoria a Israel veinte años después del último triunfo de su país en Eurovisión.
Netta ofreció un mini-concierto para agradecer tanto apoyo recibido por los fans de su país. Cantó «Toy» para abrir y cerrar el encuentro y además contó con la participación de otros eurovisivos paisanos suyos como Cohen (1978 y 1985), Gali Atari (1979), Orna y Moshe Datz (1991) y Avi Toledano (1982).
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Ron Huldai, alcalde de Tel Aviv, despidió a Netta regalándole una toalla donde se podía leer en letras bordadas: «Tel Aviv ama a Netta». Ella, nuevamente emocionada, animó a todos los asistentes a perseguir sus sueños porque se cumplen. «El viaje a Lisboa me ha enseñado que si te concentras mucho en conseguir algo, puede hacerse realidad», declaraba la artista.