Según ha declarado el propio Manel Navarro en un programa de radio, los nuevos encargados de la delegación española en Eurovisión (Ana María Bordás y Antonio Losada, sustitutos de Federico Llano) le están dejando vía libre para hacer y deshacer a su antojo en cuanto a su propuesta eurovisiva.
Aun así, la escenografía se está viendo obligada a ser modificada debido a ciertos inconvenientes técnicos que la delegación española (un año más) ha encontrado. Por alguna razón que, de momento, se desconoce los jefes de delegación han instado a Manel a olvidarse del proyecto escénico inicial. Según ha declarado el propio cantante, no se hará la idea inicial de puesta en escena que había puesto sobre la mesa y está valorando junto a su equipo otras opciones. «No quiero bailarines pero sí que sea un número muy visual», ha comentado Manel.
Para estos menesteres, se ha puesto en manos del escenógrafo belga Hans Pannecoucke, veterano de Eurovisión y responsable de las escenografías de Holanda 2014, bélgica 2016 y Holanda 2016. Navarro asegura guardar muy buena relación con su escenógrafo y estar cuidando entre los dos de todo detalle sin dejar de lado a los que serán responsables del escenario y toda la tramoya técnica allí en Kiev (fue lo que le recomendó Barei).
Seguiremos atentos por si la propuesta española sufre algún cambio más, ya que sabemos que en los últimos años (dicho además por los propios representantes españoles de cada edición) todo eran inconvenientes para la delegación española capitaneada por Llano y Prieto. De momento, queda claro que el cambio sólo ha sido de nombres a la cabeza del equipo. La manera de proceder está siendo exactamente la misma.
