La UER (Unión Europea de Radiodifusión) anunciaba en la tarde de ayer que Rusia quedaría fuera de la competición eurovisiva de este año, debido a la invasión de Ucrania y a las diversas amenazas que Vladimir Putin, presidente de Rusia, hacía llegar a organismos como la OTAN o la Unión Europea.
El Grupo de Referencia de Eurovisión junto al Comité de Televisión sugerían en la mañana de ayer que la Junta Directiva de la UER sancionara al país ruso por ir en contra de los valores del festival, a lo que la UER no tardó en hacer caso alegando que como institución velarían por la diversidad, el entendimiento y la unión de los países, los valores en los que está concebido el certamen europeo.
Desde la televisión de Ucrania, el día anterior se pidió apoyo a la UER, exigiendo además la suspensión de la membresía de las cadenas nacionales rusas VGTRK y Piervy Kanal, desde los cuales no han parado de lanzarse infinidad de discursos de odio desde que el conflicto estallase inicialmente en 2014.
A lo largo de la jornada de ayer, las televisiones públicas de Dinamarca, Islandia, Letonia, Noruega, Países Bajos, Polonia y Suecia se enfrentaron a la UER exigiendo la expulsión de Rusia. Estonia, Finlandia y Lituania, además, amenazaron con ausentarse de Eurovisión este año si Rusia permanecía en la competición.
Finalmente, la UER efectuó el comunicado oficial donde se daba por hecha la sanción a Rusia y su expulsión de esta edición del festival, sumándose así al grito de «¡No a la guerra!» que todos compartimos.